Fantabulosa Reunión Granadina

En marzo de 2022 el equipo de Guerrilla Translation se reunió durante cinco días a Granada. Acudieron todas las personas que conforman el colectivo de forma activa: Timothy, Silvia, Lara, Marta, Sari y Álex (el miembro más reciente y el autor de este texto). Llegamos desde muy lejos, con delegaciones procedentes de Berlín, Burgos, Sevilla, Valencia y Madrid, y la reunión empezó con algo que marcaría la tónica de muchos de los días que siguieron: yéndonos de tapas. Descifrar los pormenores numéricos de cómo se piden las tapas en Granada fue algo entretenido; a fin de cuentas somos traductoras, no matemáticas. Parecía un ejercicio sacado de algún libro de mates de la escuela, pero resultó que no era tan difícil cómo creíamos y que simplemente estábamos un poco cansadas y hambrientas.

Las reuniones oficiales que teníamos cada día se desarrollaron en La Colectiva, un increíble centro comunitario autogestionado de Granada que muy amablemente nos prestó una sala. Ahí fue donde tuvieron lugar gran parte de las conversaciones más importantes del fin de semana. Primero empezamos revisando los objetivos establecidos en Berlín hace seis meses, a lo que siguió un batiburrillo de rotuladores y notas adhesivas mediante las cuales compartimos ideas y organizamos y priorizamos el tiempo que pasaríamos juntas a partir de las propuestas que habíamos planteado previamente durante las semanas antes del viaje. Algunos puntos de la agenda eran temas muy generales, otros estaban relacionados con proyectos específicos y otras cuestiones eran más de carácter continuado y administrativo, pero de alguna manera nos las arreglamos para abarcarlo todo en el tiempo que pasaríamos juntas.

Lo primero de todo fue evaluar la campaña de lanzamiento de nuestra nueva página web. Todas sentíamos que había ido muy bien y que había sido la excusa perfecta para darle un impulso a nivel de visibilidad muy necesario, por no hablar de que el nuevo servidor es por lo menos diez mil veces más rápido que el antiguo. Uno de los grandes puntos de la agenda del primer día era el Lovework, es decir, las traducciones y textos originales afines al procomún que producimos pro-bono y que publicamos en los blogs de nuestra propia página web y en El Salto. Convinimos en que era necesario reimaginar el concepto y acordamos que el Lovework debería ser una prioridad, algo que jugara a nuestro favor en lugar de hacerlo en nuestra contra, y que cabía la posibilidad de implementarlo de forma más meditada. A fin de cuentas, el Lovework es lo que nos diferencia de otras organizaciones de traducción. Está impreso en nuestro ADN y en nuestro sistema de gobernanza, pero a menudo se convierte en una carga, algo que dejamos de lado debido a las exigencias del trabajo externo o tareas administrativas que son más urgentes. Llegamos a la conclusión de que no era una cuestión de trabajar más, sino mejor, así que pusimos en marcha una convocatoria abierta y periódica de propuestas de Lovework para traducir y publicar en nuestro blog bajo una Licencia de Producción de Pares. Tenemos muchas ganas de que esto vaya cogiendo forma, pero todavía estamos ultimando los detalles, así que permanece atenta a nuestras redes sociales durante las próximas semanas para enterarte de todo.

Este tema derivó en una conversación muy reveladora en la que acuñamos, de forma involuntaria, el eslogan «make it til you fake it» (sé bueno hasta que lo parezcas). Este lema describe una tendencia desafortunadamente muy extendida entre los integrantes del grupo a subestimar e infravalorar nuestras propias habilidades y talentos, así como una cierta incomodidad con respecto a la autopromoción, como si fuera algo permitido únicamente cuando se tienen los bienes que la respalden. Esto es todo un problema en un mundo lleno de charlatanes y embaucadores, y es que muy frecuentemente el “parecerlo” suele ocurrir antes que “hacerlo”, o incluso sin ello. Guerrilla Translation lleva haciéndolo desde el primer día (fingir nunca ha estado incluido en nuestro menú), pero sí queremos reconocer lo extraordinario que ha sido siempre nuestro Lovework, promocionarlo más y compartirlo con un mayor número de personas.

El tiempo que no pasamos reunidas lo dedicamos a dar paseos por las fascinantes y serpenteantes calles de Granada de la mano de Sari, autóctona de la ciudad. Vimos la catedral, las callejuelas empinadas y las antiguas casas del Albaicín, e incluso nos topamos con una estatua de Yehuda Ibn Tibón, el “padre de los traductores”. Como miembro más reciente, me di cuenta de que nuestro tiempo de ocio en común es cuando menos tan importante como cualquiera de nuestras reuniones. Somos bastante buenas gestionando y organizando los asuntos de nuestro día a día de manera online, pero como cualquiera que haya asistido a una reunión de Zoom en los últimos dos años sabe, hay un límite a lo que puede comunicar a través de un rectángulo en la pantalla. El simple hecho de pasar el rato, charlar, reír y compartir el mismo espacio, aire y comida crea el vínculo que nos une las unas a las otras, y aunque en teoría el colectivo pueda sobrevivir sin esta interacción, la verdad es que no podría prosperar. Como dijo una de las personas integrantes del colectivo, GT es mucho más que “seis traductoras autónomas subidas a los hombros de las demás, ataviadas con una gabardina y fingiendo ser un gran traductor autónomo”.

Las conversaciones más jugosas tuvieron lugar el tercer día y se centraron en el objetivo más acuciante a largo plazo para todas las integrantes del colectivo: ¿Cómo conseguir que Guerrilla Translation sea una fuente de ingresos estable, constante y solvente para todas las personas que la conforman? Para ello teníamos que hacer números y pensar detenidamente en los detalles, así que, obviamente, empezamos con palomitas y una película. Esto nos llevó a plantearnos distintos escenarios financieros a partir de la situación en la que estamos ahora y dónde queremos estar, y hablamos con total franqueza sobre las necesidades que deberían estar cubiertas individuales para que cada una de nosotras pudiera dedicarse a tiempo completo a GT. Acto seguido desenrollamos un gran rollo de papel y dibujamos diagramas basados en cada escenario para así poder empezar a trazar una hoja de ruta del futuro financiero de la cooperativa. El objetivo no es nuevo para ninguna de nosotras, pero nos estamos acercando a una fase en la que podemos tomarnos esta prospección de forma más seria y después de la reunión en Granada estamos aunando aún más esfuerzos para conseguir que esto ocurra. A pesar de ser un elemento secundario, un aspecto muy positivo de estas conversaciones fue apreciar lo lejos que ha llegado el colectivo desde sus inicios. Aunque no nos guste alardear de nuestros logros, cabe reconocer que Guerrilla Translation es un colectivo “hecho a sí mismo” (con muy poca financiación inicial, sin padrinos, madrinas ni inversores) y el simple hecho de estar teniendo estas conversaciones es un ejemplo del amor y la energía que han dado alas al colectivo durante años. El hecho de que una cooperativa no jerárquica, basada en los cuidados y cimentada en una economía feminista pueda proporcionar a todas sus integrantes un sustento no es moco de pavo, más aún cuando se trata de una industria tan explotadora y precaria como es la industria de la traducción.

El último día, antes de despedirnos, echamos las cartas del tarot: dos para el pasado, dos para el presente y una para el futuro. Para el pasado sacamos El Juicio y el Rey de Bastos, que representan los cambios decisivos de los últimos meses y nuestra tenacidad a la hora de superar los obstáculos pasados. Para el presente sacamos El Sol y el Seis de Espadas, una mirada optimista y creativa que deja atrás las dificultades del pasado. Por último, para el futuro sacamos el Siete de Bastos, que refleja la constancia que será necesaria para proteger y mantener lo que hemos construido. El tiempo que pasamos juntas revitaliza nuestra labor en GT y estas cartas destacaron la importancia de esforzarnos para consolidar las relaciones que están en el centro de todo cuanto hacemos. GT existe como refugio frente a la competencia voraz y la incertidumbre perpetua que dominan la industria de la traducción y el sistema capitalista en general, y solo mediante encuentros como este podremos seguir construyendo y consolidando un mundo en el que vivir felices.

 

 

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* Artículo original de Alex Minshall, editado por Timothy McKeon
* Traducido por Lara San Mamés, editado por Marta Cazorla
* Imágenes propias de Guerrilla Media Collective